La climtización evaporativo fue la primera forma de refrigeración utilizada por los seres humanos. Se sabe que en las antiguas climatizaciones griegas y romanas se usaban fardos de paja humedecida para disminuir el calor ambiente. Persas y árabes también dominaban el arte de la climatización evaporativa, según muestra la historia.

El ser humano tiene su propio sistema de climatización, la evaporación del agua del sudor provoca una disminución de la temperatura del cuerpo.

A partir del siglo XX (1920), con el uso de la energía eléctrica, se empezó a extender el uso de la climatización evaporativa. De hecho,  se usaban ventiladores y sábanas mojadas para reducirla.

Los sistemas de re

frigeración evaporativa se usan especialmente en zonas industriales, con un uso extendido en granjas avícolas y porcinas.  Estos sistemas ayudan a disminuir la mortandad de los animales por estrés térmico o en industrias donde registramos  un ligero incremento de la humedad; por ejemplo, la industria textil, del papel y del cartón.

Aunque en el mercado hay diferentes sistemas de refrigeración evaporativa, en España el sistema más utilizado son los equipos con recirculación de agua y contacto con la superficie húmeda. Es muy importante señalar que estos equipos no están diseñados para producir pulverización de agua en ningún punto del sistema, y por tanto el riesgo de transmisión de Legionella es prácticamente nulo.  

Los equipos evaporativos ponen en contacto una superficie húmeda con la corriente de aire introducida directamente en los espacios interiores, por ello, han de ser equipos sometidos a un mantenimiento muy estricto por la posible proliferación de hongos o bacterias, pero es muy improbable que se conviertan en focos de transmisión de Legionella.
Australia y EEUU tienen gran tradición en el uso de equipos evaporativos y también en el control de Legionelosis y nunca los han considerado instalaciones de riesgo.

Es necesario tener en cuenta que los materiales que configuren los equipos no deberían facilitar el crecimiento microbiológico. Por ejemplo, en nuestros climatizadores evaporativos intentamos evitar las partes metálicas susceptibles de corrosión.  Para el relleno, en principio, no es aconsejable el uso de madera o derivados celulósicos por su facilidad para el desarrollo microbiano, excepto si están adecuadamente tratados y sometidos a un mantenimiento riguroso.

Esperamos que te haya sido de utilidad y no dudes en consultarnos cualquier duda al respeto.